De padres e hijas…

Hace poco leí esto en un libro de Saramago:

Anselmo descubrió que, en los grandes momentos, «hija mía» quedaba mejor que cualquier otra locución. Daba seriedad, sugería afecto paternal, el orgullo de la paternidad, apenas dominado por el respeto.

Claraboya, José Saramago.

Hace años que mi padre me llama así «hija», hace años que no tenemos una buena conversación, hace mucho que no nos vemos. El ultimo contacto fue un mail hace dos meses para saludarme por el nacimiento de mi hija, un mail que decía: «Hija me alegro mucho que este todo bien, manda alguna foto, beso a los 3, Papá». El contacto anterior había sido en el casamiento de mi hermano cuando le conté que estaba embarazada.

Creo que mi viejo usa esa palabra de una forma completamente distinta a la de Anselmo. Siento que en cada «hija» quiere reivindicar su condición de padre… y ya es tarde para eso. En su «hija» no hay amor paternal, no hay cariño, sino todo lo contrario: hay distancia, inseguridad, miedo y la necesidad de seguir meando un arbolito que dejo de ser suyo hace mucho tiempo.

Hoy estoy en paz con lo que «tenemos», ya que no espero otra cosa. Pero no siempre fue así, y es justamente la sombra detrás de su «hija» que hace que hoy me cueste entender tantas cosas de la paternidad.
Cuando el Evatest dio positivo, lloré por miedo a que #elTano sea un padre como el mio.
Embrazada, hormonal… desesperada le preguntaba unas mil veces al día si estaba seguro de que quería este embarazo, si iba a querer a nuestra «vermetta»…

Hoy lo veo con Nunú y no me quedan dudas. La forma en que la mira, la besa, le canta, la cuida… la ama.

En estos dos meses ya es mil veces mejor de lo que pensaba.
Nunu, Chuchu, Pichona, Pichonet, Nunucita, Nunucette, bebita-bita… asi la llama, con palabras que a pesar de no tener significado en el diccionario tienen mucho mas peso y amor en cada letra que ninguna otra.
Hoy le agradezco a #elTano que haya redefinido la palabra HIJA en mi vocabulario, que haya sacado esa palabra de la cueva. Gracias a él, cuando la digo, ya no me corre frío por la espalda.

Este post lo había empezado a escribir hace tiempo, y fue gracias a Mi Mamá Me Lima que me animé a terminarlo